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LIBRO Dinastías Combatientes (novela ligera amateur)

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Ximaer

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25 Ago 2021
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Esta es una obra totalmente original, inspirada por las novelas ligeras chinas. Es la primera vez que escribo sobre este tipo de tema, estoy abierto a cualquier sugerencia y si quieren la continuación de esta parte dejen mensajes para saber que les gusta.​



Dinastías Combatientes




Capitulo I - La aldea Hé àn






El sol entraba por la ventana de la pequeña choza, deslumbrando al joven Xiao Chen, quien molestado por el sol empezó a abrir los párpados lentamente. Ya con los ojos abiertos empezó a pensar en el día que le esperaba hoy, por la mañana debería ir a la escuela donde el anciano Xiao Mu nos enseñaría las nociones básicas y les contaría historias del pasado, luego a la tarde iría con su padre Xiao Ren a pescar en el río Jin-sè y por último en la noche celebraremos un banquete para toda la aldea Hé àn.



“Hijo, a desayunar” - Xiao Chen al escuchar a su madre salió de su cuarto al estrecho comedor de la choza y se sentó en una de las butacas.



Su madre puso tres cuencos de arroz en la mesa y se sentó al mismo tiempo que entraba por la puerta el padre de Xiao Chen.



“Hijo, hoy tiene que comer bien, cuando salgas de la escuela recuerda que tienes que pasar por la casa del señor Meng para pedirle el cebo para pescar esta tarde” - Xiao Chen asintió mientras devoraba el cuento de arroz.



Al terminar de desayunar, Xiao Chen se despidió de sus padres y fue hacia la pequeña escuela de la aldea. Al llegar Xiao Chen, se encontró con el resto de los niños de la escuela y mientras esperaban a la llegada del anciano Mu , habló con sus amigos Lin Kun y Meng Lian. Lin Kun era un joven algo robusto, pese a solo tener ocho años, de pelo corto moreno y con una nariz algo pequeña ; por otro lado estaba Meng Lian una niña de piel tersa y rosto amable, largo pelo de color oscuro lo que resaltaba aun más su piel blanca y pese a que a veces era algo traviesa y juguetona siempre era buena amiga.



“ Hola Chen, que crees que nos contará hoy el anciano Mu”- pregunto Meng Lian



“ pues no sé, supongo que nos contara sobre algún héroe o algún reino de la antigüedad” - dijo Xiao Chen demostrando las pocas ganas que tenía de escuchar al anciano hablar de nuevo de buenos Señores dirigiendo su reino.



“Xiao Chen a ti solo te interesa las guerras” - dijo con tono burlón Lin Kun - “ y a ti solo te interesa cuando hablan de abundancia, gordo” - le respondió Xiao Chen mientras le tocaba la panza a Lin Kun.



Antes de que Lin Kun protestase entró el anciano Mu y empezó a dar la clase. Al principio Xiao Chen no prestaba mucha atención a las enseñanzas de noción básica que daba el anciano Mu. Xiao Chen ya conocía la mayoría de las cosas que el anciano Mu decía , en gran parte su padre se las había enseñado mientras pescaban o cuando vendían el pescado en el pequeño mercado de la aldea. Al terminar de dar las nociones básicas el anciano se disponía a contar una historia del pasado como hacia siempre.



“ Hoy no les hablaré de un buen gobernante del pasado amado por su pueblo, ni de un héroe que aparecía para salvar a la hija del emperador, ni nada por el estilo. Hoy les hablare del fundador de nuestra pequeña aldea”



Mientras el anciano pronunciaba estas palabras logró captar la atención de los niños en especial de Xiao Chen, que sorprendido empezó a pensar cómo era posible que en los ocho años de vida nunca había oído hablar del fundador de la aldea de Hè án. Pero sus pensamientos quedaron en un segundo plano al comenzar el anciano con su relato.



“En el año 200 de la Era Long, siete reinos batallaban entre sí por el dominio del continente Tiandì. Uno de esos reinos era el Reino de Taiyang, que se encontraba al sur del continente donde hoy se encuentra la Dinastía Xian, este reino era gobernado por la familia Xiao. El Reino de Taiyang estaba en una cruenta guerra con el Reino de Donghai gobernado por la familia Xi. En el momento álgido de la contienda los reyes firmaron una tregua para negociar la paz entre ambos reinos. El príncipe heredero del Reino de Taiyang, Xiao Hao, desconfiaba de la tregua que su padre había firmado, sabía que la familia Xi ansiaba apoderarse del reino de su padre, de su tierra fértil , de sus minas de cobre y hierro, las riquezas que habían acumulado el reino a través de los siglos y el rico flujo de comercio. Por tanto trato de convencer a su padre de que estuviera alerta, que la tregua no era más que una treta con la que asestar un golpe definitivo al Reino de Taiyang.”



Mientras Xiao Chen escuchaba con atención las palabras del anciano Mu no paraba de preguntarse cómo es que no había escuchado sobre esos misteriosos reinos de antaño ni de esas familias, acaso solo el anciano sabía de aquello.



“Pese a que el príncipe Xiao Hao intentó advertir a su padre este no le hizo caso alguno y se limitó a poner de escusa que el pueblo y el reino ya no podían soportar esta guerra, y aunque Xiao Hao entendía lo que su padre le decía no podía dejar de pensar que algo estaba mal pero al final trato de ahogar esos malos pensamiento y confío en su padre. En el décimo mes de ese año, en una noche otoñal en plena tregua entre Taiyang y Donghai, sucedió lo que Xiao Hao se había temido. Unos asaltantes que se habían echo pasar por comerciantes durante el día, subieron los muros de la ciudad y mataron a la mayor parte de los guardias que custodiaban las puertas de la capital del reino, prendieron una llama y de pronto aparecieron miles de soldados de las fuerzas de Donghai a las puertas de la ciudad dispuestos a entrar. Para cuando las fuerzas de Taiyang respondieron al ataque de los soldados de Donghai ya habían arrasado media ciudad. El rey de Taiyang entró en cólera al ver a su pueblo masacrado y su reino destruido y decidido fue a enfrentar al bastardo del rey de Donghai pero antes de ir al frente de batalla pidió perdón a Xiao Hao por no escucharlo y le pidió que no se quedará a defender lo que ya ha caído , debía tratar de salvar a todos los ciudadanos que pudiera y alejarlos de esta masacre. Xiao Hao una vez más entendió a su padre y aunque en esta vez estaba lleno de ira y no podía tener más ganas de luchar junto a su padre no podía no cumplir la última voluntad de su padre. Xiao Hao solo puedo salvar a los jóvenes de las grandes familias y algunos de las familias menores de la ciudad, además de a la mayor parte de la familia real, escaparon por un pasadizo secreto que tenía el palacio real que conducía a la periferia de la ciudad. Mientras Xiao Hao huía con los resquicios de Taiyang, su padre se enfrentaba con su jian en mano a los séquitos del rey , hasta que ya cansado y lleno de heridas no pudo más que caer de rodillas sobre su amada tierra y esperar el cruel destino. Ese cruel destino no vendría de otra mano que la de su rival, que mirando desde arriba alzó su jian y le cortó la cabeza al antiguo rey. Gracias al tiempo que había retenido el rey a los ejércitos de Donghai, Xiao Hao había podido escapar hasta las montañas y emprendió la búsqueda de un nuevo hogar para su pueblo, al irse de aquellas montañas dio un último vistazo a la ciudad y su reino ambos en llamas. Tras algunos meses en los confines de su antiguo reino, que tras la invasión de Donghai pasó a llamarse Dinastía Xian, Xiao Hao encontró un valle junto a un río que bajaba de las montañas con un tenue color dorado, allí asentó a su pueblo creando la aldea Hé àn en el año 201 de la Era Long.

Xiao Chen al igual que el resto de los niños soltaron lágrimas silenciosas , orgullosos de sus antepasados y a la vez lágrimas de rabia hacia la Dinastía Xian a la cual ellos pertenecían. Pero Xiao Chen seguía inquieto había muchas cosas que no entendía y aunque sabía que algunas era mejor no preguntarlas si que había una pregunta que quería preguntar.



“Anciano Mu ¿que paso con el antepasado Xiao Hao?”



“Joven Chen , la verdad es que nadie sabe muy bien qué ocurrió con el fundador. Después de crearse la aldea, Xiao Hao cedió el liderazgo a su hermano menor y se despidió de su mujer y su hijo, para perderse en la espesura del bosque. Algunos dicen que Xiao Hao se suicidó de impotencia, otros que empezó a vagabundear por las calles de su antiguo reino, pero lo más probable es que Xiao Hao fuera a vengar a su padre y a su reino caído, enfrentándose contra el recién coronado emperador, al poco tiempo de haberse ido el emperador murió a causa de una heridas de caza según los registros oficiales, pero joven Chen yo creo que esas heridas no se las provocaron animales sino nuestro gran ancestro.”



De pronto Meng Lian que llevaba tiempo sin decir palabra cogió aire y muy fuerte le pregunto al anciano



“¿Por qué nuestra aldea no fue atacada si éramos los enemigos de Donghai?”



Antes de contestar el Anciano Mu echo una potente como desgastada carcajada ante esa forma de preguntar de la niña - “ Veras joven Lian al cabo de unos meses una patrulla de la Dinastía Xian descubrió nuestra aldea y lo notificó al nuevo emperador, el nuevo emperador al contrario que su padre era benevolente y no buscaba más guerra por lo que fue junto con una patrulla a la aldea Hé àn, y una vez aquí negocio con el hermano menor de Hao y llegaron al acuerdo que si los aldeanos de Hé àn daban todas sus armas y prometían fidelidad a la Dinastía su pasado no existiría y frente a sus ojos esa gente no eran antiguos ciudadanos de la ciudad de Taiyang. Los aldeanos aceptaron la gracia del emperador y entregaron sus armas y prometieron que ni ellos ni sus descendientes tendrían hostilidad contra la Dinastía.”



De repente todos los niños entendieron por que en su aldea no había armas de ningún tipo, y todos pensaron que tampoco parecían necesarias siempre habían estado en paz. Sin embargo para Xiao Chen esto no era así, por el contrario para el carecer de armas los hace débiles frente a futuros agresores, si bien ahora vivían tiempos de paz quienes podrían asegurar que no vendrían nubes de guerra en algún momento, pero Chen prefirió mantener esa idea en su cabeza y no comentársela a nadie.



Cuando cesaron las preguntas al anciano Mu , este dio por acabada la clase de ese día y permitió que los niños volviesen a sus casas. Xiao Chen algo despistado pensando aún en la historia del fundador se quedó solo en la clase, cuando se dio cuenta de ello rápidamente se levantó y se dispuso a irse. En la salida , en el marco de una de las esquinas de la escuela , se encontraba Meng Lian.



“Chen, mi padre me dijo que te pasarías a buscar el cebo de pesca a la salida de la escuela ¿te apetece venir conmigo? - dijo con algo de pena y vergüenza en la voz.



“claro Lian” - contestó mostrando alegría pero algo vergonzoso al igual que ella.



“genial, pues vamos chen”



 
Ambos se fueron a la casa de su padre el señor Meng, esta se encontraba en lo más alejado de la aldea , su padre era el cazador de la aldea y solía salir a cazar al amanecer y cada dos meses iba a la ciudades cercanas a vender la carne que no se consumía en la aldea, allí solía comprar todo lo que no había en la aldea. Durante el trayecto Xiao Chen y Meng Lian fueron hablado de cosas sin importancia, pero Lian veía a Chen un poco más distraído de lo habitual y se preguntaba a qué se debía pero no sabía si debía preguntar, pero armándose de valor y de nuevo chillo a pleno pulmón.



“Chen, ¿qué te pasa, estás distraído?”- cuando se dio cuenta que había gritado la pregunta de nuevo sintió vergüenza y se puso colorada.



Chen por un momento se quedó pensativo, para lo marcha y mirando directamente a los ojos de Lian mientras soltaba una ligera sonrisa.



“ Lian no me pasa nada, solo es que me quede pensando en que pasara si alguien nos ataca”



“Chen no debes preocuparte por esos , nuestra aldea no tiene riquezas de ningún tipo, vivimos de lo que da la tierra y el río y apenas sobra recursos ¿quién querría atacarnos ?



Chen se volvió a quedar pensativo, aunque sabía que Lian tenía razón en el fondo de su corazón aún no estaba del todo convencido, y recordó la leyenda del fundador como él sabía que algo no estaba bien por su propia percepción. Lian se quedó mirando al embobado Chen y se preocupó por él. Chen al notar la preocupación de Meng Lian decidió no darle más vuelta y sonrió de nuevo a Lian mientras reanudaron la marcha volviendo a reír.



Al fin llegaron a su destino, la casa del señor Meng era igual que el resto de casas de la aldea , lo único diferente era la piel de las bestias que el señor Meng cazaba. Al entrar a la casa el señor Meng se encontraba afilando una lanza muy básica, pero era lo más cercano que había visto Xiao Chen a un arma en aquel momento. Chen solo había oído hablar sobre esas armas y los hombres que las sujetaban en las historias del anciano Mu. Chen al ver por primera vez un arma sintió la tentación de tocarla, de sentir su duro tacto y su afilado filo entre sus dedos.



“joven Chen , espero que mi hija no le haya vuelto loco por el camino, ya tengo preparado su cebo”



“gracias señor Meng”- Chen cogió el cebo y lo metió en una pequeña bolsa que traía.



“padre podríamos invitar a Chen a comer” - dijo Lian con cierta vergüenza



“claro, buena idea Lian’er ¿joven Chen le gustaría quedarse y comer con nosotros?”



“por su puesto señor Meng gracias por su amabilidad” - dijo haciendo una pequeña reverencia.



“pues siéntate en la mesa Chen en un momento estará la comida” - dijo Lian con una gran sonrisa.



Chen se sentó en la mesa del salón y empezó a hablar con el señor Meng, pero su atención quedó clavada en la lanza con la que el señor Meng cazaba.



“señor Meng puedo preguntarle algo”



“claro, muchacho puede preguntar lo que quiera”



“¿ cómo consiguió usted su lanza ?”



El señor Meng miró fijamente a Xiao Chen , era una pregunta extraña la que aquel muchacho le había preguntado. Habitualmente la gente de la aldea Hé àn no solía tener mucho contacto con él y menos al ver su arma, ya que eran temerosos de ellas pero ese muchacho era diferente veía en él la mirada de un asesino , alguien destinado al campo de batalla.



“verás joven Chen esta lanza perteneció a mi padre, nuestra familia no era original de la aldea Hé àn sino que nosotros provenimos de la ciudad de Yu en la Dinastía Qiang. Cuando la madre de Lian’er falleció por el ataque de unos bandidos decidí ir con Lian’er hacia el sur y llegue a la aldea Hé àn”



Chen iba a preguntar algo de nuevo pero en ese momento entró Lian con la comida y decidió dejar el tema apartado. La comida fue agradable, Chen y Lian no paraban de reírse, mientras que el señor Meng no podía dejar de darle vueltas a la mirada de ese chico a su arma, sabía que con el tiempo ese niño se transformaría en un joven que quiera ver el mundo y luchar por lograr grandes logros, pero sin duda esa mirada era la mirada de alguien que vivirá cientos de batallas. Cuando el señor Meng se quiso dar cuenta ya había pasado una hora y el chico se despedía de Lian’er para irse con su padre a pescar.



El sol se encontraba en el noreste cuando Xiao Chen se encontró con su padre en el pequeño muelle junto al río. Xiao Ren y Chen se subieron a un pequeño junco y al llegar a lo bajo del río sacaron las cañas y el cebo y comenzaron a pescar.



“padre hoy en la escuela el anciano Mu nos ha contado la historia del fundador de la aldea ¿por que nunca me la habías contado?”



“ Chen’er , la historia de nuestra fundación no es importante no es más que una vieja historia contarla solo traería rabia a los aldeanos de Hé àn, pero lo importante de esa historia no es Xiao Hao sino el pueblo que él salvó. Su pueblo gracia a qué olvidamos nuestros rencores con la Dinastía Xian hemos podido sobrevivir en paz lejos de las grandes urbes y de los engaño de la corte. Chen’er desde aquel trágico episodio han pasado doscientos años y nuestro pueblo desde entonces a vivido en paz, ¿lo entiendes Chen’er?”



“no padre no lo entiendo, es cierto que hemos vivido en paz estos años pero que hayamos vivido durante estos años en paz no significa que seamos inmunes a la guerra, a la brutalidad de las personas, hoy podía llegar un ejército extranjero o bandidos a nuestra aldea y entonces ¿como defenderemos a nuestro pueblo, padre?



Ante la respuesta de Chen, su padre se quedó descolocado pero aunque su hijo tuviera algo de razón, sabía lo que ocurriría si se le diera armas y se instruyera a los aldeanos en el arte de la guerra, pero Chen aún era muy joven para comprender eso por ello dejó pasar el tema. Chen sin embargo siguió estando algo molesto, nadie entendía lo que decía. Ese día pescaron pocos peces pero suficientes para el gran banquete de esta noche que se celebraba en honor a los antepasados.



 
El sol estaba por caer mientras Xiao Chen se preparaba para el gran banquete, su madre llevaba varios días haciéndole un hanfu de color blanco con adornos azules para honrar a los ancestros y los muertos de la aldea. Chen se veía más mayor con el puesto además resaltaba su piel algo morena debido al trabajo de campo. Al fin llegó el momento del gran banquete, todos en la aldea estaban contentos bailaban, bebían el vino de arroz que fabricaba el anciano Mu y cantaban alegres. En un momento determinado de la noche el anciano Mu se colocó en el centro de la plaza mientras el resto de los aldeanos se sentaba a su alrededor.



“Hermanos, hoy es el día en que rendimos homenaje a nuestros ancestros, aquellos que cuidan de nosotros desde los cielos, para demostrar nuestra admiración y nuestros respetos tomaré este vino y lo esparciré contra la tierra que ustedes nos han dado”



El resto de aldeanos siguió los pasos del anciano Mu y derramaron sus copas de vino por el suelo de la aldea.



“ahora hermanos bebamos un sorbo de vino en honor a nuestros ancestros y dejemos en el pilar los obsequios a nuestros hermanos caídos que se reúnen con los ancestros”



Todos los aldeanos dieron algunas de sus pertenencias, Chen al acercarse al pilar iba con una pieza de jade que había encontrado tiempo atrás a las orillas del río. Cuando Chen iba a colocar la pieza de jade se oyó un fuerte estruendo y la tierra empezó a temblar, los aldeanos pensaron que se trataban de sus ancestros que estaban enfadados con ellos debido a las pocas ofrendas este año.



“Ancestros sentimos no haberlos satisfechos con nuestras pocas riquezas pero sientan lastima de nosotros y perdónenos” - dijo el anciano Mu con la voz temblorosa y el resto de aldeanos hicieron lo mismo que el anciano



“JA JA JA JA”- sonó una fuerte risa de un hombre desconocido



Al mirar para atrás, los aldeanos siguiendo el sonido de esa risa vieron frente a sus ojos a un hombre alto de cuerpo grande, un pelo de desaliñado de color negro como el carbón pero pobre en la zona delantera , tenia ojos grandes junto a una nariz mediana pero torcida pero sin duda alguna lo que mas miedo daba de ese hombre era su sonrisa , una sonrisa grande con unos dientes mas afilados de lo normal. Parecía ser un oficial del ejército imperial y detrás de él se veían varias filas de hombres montados sobre sus caballos al igual que aquel hombre.



“PARECE QUE ESTAS OVEJAS CREYERON QUE ÉRAMOS DIOSES”- dijo con una voz ronca pero fuerte, imponiendo miedo y obediencia , lo que hizo que sus subordinados riesen al unísono de los aldeanos.



“disculpe señor ¿quién es usted?” - dijo el anciano Mu con voz temblorosa.



“YO SOY HUÁNG KUN, COMANDANTE DEL 1º REGIMIENTO DE CABALLERÍA IMPERIAL DE LA DINASTÍA XIAN”



“bien, comandante y ¿que le trae aquí?”- volvió a preguntar el anciano Mu con miedo



“UNA ORDEN DEL EMPERADOR”



El comandante Huán Kun sacó un pergamino dorado , que era el decreto imperial, y comenzó a leerlo en voz alta.



“BAJO LA ORDEN DEL EMPERADOR XI XEN, ACUSADOS DEL DELITO DE CONFABULACIÓN CON LOS ENEMIGOS DEL ESTADO Y TRAICIÓN A LA DINASTÍA XIAN, SE LES CONDENA A LA MUERTE”



“ eso no puede ser ninguno de nuestros aldeanos tiene lazos con ninguna de las otras dinastías , esto debe ser un error”- contestó el anciano Mu con desesperación



“lo que dice el anciano es verdad” - dijo toda la aldea en conjunto



Huán Kun no se molestó en contestar, sacó su dao seguido de la misma acción por parte de sus hombres y cargó contra los aldeanos. De repente al ver el mar de sangre que se acababa de desatar, Chen y sus padres trataron de huir y esconderse en su casa. Xiao Ren cogió a su hijo lo miró a los ojos.



“ hijo, debes huir y alejarse de la aldea lo más rápido posible”



“padre no puedo dejarlos aquí, no puedo dejar que mueran mientras yo huyo”



“Chen’er debes vivir por nosotros si tu mueres con nosotros será más sufrimientos para nosotros que si logras huir” - dijo su madre mientras las lágrimas fluían por sus mejillas.



Chen no podía evitar soltar lagrimas pues sabía que esa sería la última vez que vería a su padre y a su madre. En ese mismo momento unos de los soldados de Huáng Kun atravesó la puerta de la choza y cogió por el pelo a la madre de Xiao Chen arrastrándola mientras Xiao Ren trataba de evitarlo.



“¡CHEN’ER CORRE!- dijo la madre de Xiao Chen gritando de dolor y con lágrimas bañando su rostro por completo.



Chen no pudo pensárselo demasiado pues un soldado iba a agarrarlo, pero antes de que pudiera agarrarlo para llevárselo, Chen corrió hacia la ventana de la choza y saltó por ella. Salió corriendo hacia el bosque perseguido por los soldados, trató de correr todo lo posible pero era difícil lograr perder a los soldados. Pero en un determinado momento en que se había alejado de los soldados pudo esconderse en una pequeña cueva. Al cabo de unas horas los soldados se acercaron a la cueva en la que estaba Xiao Chen mientras lo buscaban pero de pronto otro soldado los llamó diciendo que el comandante los buscaba. Una vez detenida su búsqueda, Chen salió de la cueva y subió la colina solo para encontrarse con una visión espantosa, la aldea Hé àn sumida en llamas y aún se oían los gritos de los aldeanos y el río Jin-sè se convirtió en un río sumido en sangre. Lleno de rabia e impotencia Xiao Chen miró hacia adelante y siguió huyendo por el bosque.



Pasaron varios días en los que Xiao Chen camino sin rumbo , sin apenas comer y mucho menos beber, estaba demacrado sin fuerzas en las piernas ni en los brazo se sentía que en cualquier momento se iba a desmayar. Apunto de llegar a un camino Chen no pudo aguantar más y se cayó sus ojos apenas pudieron mantenerse abiertos, pero en los últimos instantes vio una sombra de un hombre lo que le hizo sentir temor de que pudiera ser el comandante Huáng Kun pese a su temor su cuerpo no aguantó más y cayó desmayado.



“Rápido traed agua y algo de comida para este niño” - dijo un desconocido



Al cabo de unas horas Xiao Chen volvió en sí, se encontraba en una pequeña tienda de campaña al estilo militar lo que le asustó pues pensó que el Huáng Kun lo había capturado.



“bien ya te has levantado joven, ¿como te llamas? - pregunto el extraño



Xiao Chen se sorprendió pues el hombre frente a él no era el comandante Huáng Kun sino por el contrario era muy distinto a este, el hombre tenía un porte noble, pelo oscuro algo canoso y largo , ostentaba unas cejas abundantes y una nariz grande a la vez que ancha que encajaba perfectamente con una perilla canosa y larga.



“Me llamo Xiao Chen”



“Yo soy el General del 6º ejército de la Dinastía Xian, Lü Wei”



Al escuchar esto Xiao Chan volvió a ponerse tenso y estuvo tentando de agarrar un cuchillo y tratar de matar a aquel hombre.



“tranquilo joven Chen , aunque pertenecemos a la Dinastía Xian hace unas semanas el príncipe heredero mató a su padre y se proclamó emperador. Desde ese momento nosotros dejamos de ser guerreros de la Dinastía Xiao y nos dirigimos a la Dinastía Jian. Pero ¿y tu que hacias caminado solo sin comida ni agua ?”



Xiao Chen de nuevo más tranquilo al ver que Lü Wei no era un enemigo comenzó a contarle la historia de la aldea Hé àn con lágrimas en los ojos de impotencia, rabia y tristeza. El general Lü Wei entendió rápido la situación del joven Chen y todo por lo que tuvo que pasar, también sabía que si el niño se quedaba en la Dinastía Xian tarde o temprano lo encontrarán las fuerzas de Xi Xen y acabarían matándolo para silenciar la masacre del emperador. Así que tras pensarlo detenidamente Lü Wei decidió adoptar al joven Xiao Chen como su hijo adoptivo.



“Xiao Chen, ya que tuviste el infortunio de encontrarte con tan mala situación me gustaría ofrecerte ser mi hijo adoptivo, debes entender que si te quedas aquí no te espera sino la muerte, pero si decides unirte a mi dentro de unos años podrás estar frente al que trajo el desastre a tu aldea y apuñalarlo.”


Xiao Chen se quedó pensativo pero sabía que el general no quería hacerle ningún daño así que aceptó la proposición del general. A partir de ese momento Xiao Chen pasó llamarle Lü Chen y con su nueva identidad partió junto a un ejército de quinientos hombres que huían en busca de asilo a la Dinastía Jian.
 
Capítulo II - Ascenso al poder

El cuarto día del cuarto mes de la Era Long, en la Dinastía Xian estaba por ocurrir un hecho que trastocaría al continente Tiandì. La ciudad de Lián Hua, capital de la dinastía, se encontraba aquella mañana llena de bullicio debido a los alegres mercaderes, a los ciudadanos que salían a comprar y divertirse en pabellones de juego, comida y placer. Sin embargo, las familias nobles se encontraban en un estado de ansiedad y nerviosismo pues sabían que su imperio cambiaría por completo a partir de esa noche. De entre esas familias las había contentas de que por fin acabase lo que para ellos era una época de humillación y debilidad, mientras que otras familias pensaban lo opuesto y empezaban a empaquetar sus cosas para irse de la ciudad antes de la noche. Pero si ese día la ciudad de Lián Hua se veía resplandeciente en el palacio imperial se cernían nubes de tormenta, en uno de los patios del interior del palacio se encontraba el príncipe heredero, un joven de unos 20 años de edad, de piel blanca como la porcelana, pelo largo de color oscuro, de mirada penetrante, que acompañaba con una nariz algo corta y fina, y labios finos de un ligero color rojo. En ese momento se encontraba de frente contemplando un pequeño lago que se encontraba de frente a el y bestia una túnica de color azul celeste.



“Príncipe Xen” - dijo Huáng Kun arrodillado, mientras el príncipe no apartaba la mirada de aquel lago.



“Dime Huáng Kun ¿recuerdas nuestra primera batalla en la cordillera Yún, cuando nos encontrábamos enfrente de los ejércitos de la dinastía Qiang?” - dijo Xi Xen con un tono calmado.



“Claro que la recuerdo señor, fue un día de júbilo”



“Quién hubiera pensado en ese momento que nuestra dinastía hoy sería el hazmerreír de las tres dinastías”



“Ciertamente es descorazonador pensar la gran dinastía que éramos en aquel pasado, pero recuerde señor que luego de un periodo de sequía aparece la lluvia y usted príncipe Xen será de la lluvia que devuelva al esplendor a nuestra dinastía” - dijo con una sonrisa mientras miraba al príncipe.



Xi Xen después de mirar por unos minutos al lago, alzó su cabeza para mirar al cielo y luego miró a Huáng Kun - “Tienes razón Kun, cuando me alze como nuevo emperador esta dinastía recuperara lo que ha perdido, dime ¿esta listo todo para esta noche ?”



“Si señor”



“Bien” - contestó Xen mientras caminaba dirigiéndose a su habitación



“Huáng Kun que nadie me moleste”



Xi Xen ya en la habitación se puso a meditar, sentía su qi inquieto moverse por sus venas. Luego de meditar afilo el cuchillo que le había regalado su padre la primera vez que se fue a cazar con él. Al verlo recordó ese momento en que su padre lo miraba a los ojos mientras le decía:



“Xun’er recuerda este primer puñal será el objeto con el que deberás proteger la dinastía siempre, por eso quiero que lo mires bien y cada vez que pienses que la dinastía corre peligro no dudes en usarlo Xun’er”



Al recordar esas palabras Xi Xun no dudo en mostrar una grata sonrisa, sin darse cuenta estaba apunto de anochecer cuando oyó tocar en su puerta.



“Joven príncipe, está aquí el canciller Dong Yi” - Dijo Huáng Kun con presura



“Déjalo pasar Huáng Kun”



“Saludos alteza, el plan marcha según lo esperado su padre ha llamado a todos los consejeros, a los generales que se encuentran en la ciudad y a los maestros de secta incluida la Santa”



“Perfecto parece que el momento a llegado, debemos ir a la sala del mandato cuanto antes”



Xi Xun junto con el canciller Dong Yi y Huáng Kun se dirigieron apresuradamente a la sala del mandato donde estaban esperando los consejeros, generales y líderes de secta. Todos se arrodillaron frente al príncipe heredero y una vez todos reunidos se sentaron en sus sitios.



“Como todos ya sabes mi dinastía está pasando por momentos difíciles nuestro ejército se encuentra debilitado desde las últimas batallas contra la dinastía Qiang nuestra debilidad es clara sino fuera por la Santa las dinastías ya nos habrían conquistado hace un tiempo, pese a nuestra debilidad nuestra economía se ha fortalecido pero mucho de nuestros mercaderes son intimidados por bandidos y por el resto de la dinastías.” - Dijo el emperador Xi Zheng con un tono calmado - “¡¡¡PERO SI ESTAMOS EN ESTA SITUACIÓN ES POR SU CULPA INÚTILES!!!”



“Señor emperador, ¿nos está echando la culpa de lo que ha ocurrido en la dinastía?” - Dijo Dong Yi indignado



“¿acaso estoy equivocado?”



De pronto una fuerte presión se sintió en toda la sala, la puerta se abrió de par en par por una fuerte corriente de aire, y bajo el marco de la puerta apareció una figura femenina, se trataba de la Santa Huo Fei. Sin duda cualquiera que viera a la santa quedaría embaucado por su belleza sus ojos parecían un océano de fuego, su nariz fina y respingona, con unos labios gruesos de un color rojo que encajaba a la perfección con su fina barbilla. Avanzó por aquel pasillo y se quedó de frente al emperador sin hacer ninguna reverencia a este.



“Por supuesto que estas equivocado Xi Zheng, esta situación no es provocada sino por tu incompetencia como gobernante” - le reprocho Huo Fei





“INSOLENTE”



“Que todos salgan de la sala menos el príncipe heredero” - ordenó con violencia la santa



“Huo Fei, ¿QUIÉN CREES QUE ERES PARA DAR UNA ORDEN AQUÍ EN EL PALACIO IMPERIAL? ESTO NO ES TU PALACIO ARDIENTE”



Huo Fei miró al emperador y luego volvió a ejercer presión liberando su fuerte qi, todos los presentes sabían lo que ocurría y no tardaron en salir de la sala desoyendo el mandato del emperador.



“JAJAJAJA, padre quien iba a pensar que nadie se quedaría aquí para ayudarte”



“ Xun’er que estás diciendo, ¿cómo te atreves a hablarle así a tu padre, a tu emperador?”



“ ¿mi emperador? Acaso estas ciego, hace ya tiempo que tu mandato es desoído por tus súbditos da igual que sean esclavos, plebeyos, funcionarios o nobles para ellos no eras su emperador simplemente eres una figura antigua que ha derrumbado lo que nuestros ancestros habían logrado.”



“ NIÑO INGRATO” - Xi Zheng intento condensar su fuerza qi para atacar a su hijo



“JAJAJA, padre le estado suministrando veneno desde hace meses, su cuerpo no puede ni condensar qi sus venas están totalmente cerradas, ¿creías que iba a ser tan tonto de enfrentarme a ti sin un truco?”



“niño sera mejor que acabes con él cuanto antes” - dijo Huo Fei



“Si maestra tiene razón”



Xi Xun desenvaino el puñal que le había regalado su padre y empuñandolo apuntó a su padre.



“ Es irónico, que sea esta el arma que te arrebate la vida, pero padre usted me dijo que este puñal sería el que defendería la dinastía y eso hago hoy” - al acabar la frase clavó el puñal en el corazón de su padre, esté en sus últimos momentos susurro unas últimas palabras a su hijo.



“Hijo no te culpo por esto” - tosió sangre antes de volver a hablar - “pero debes de prometerme que protegerás a tus hermanos”



“Padre hago esto por ellos para que puedan tener una dinastía que gobernar”



Acto seguido el emperador murió soltando una última respiración, y Xi Xun no pudo evitar soltar una lágrima, pues aunque ese hombre había sido un gobernante desastrozo, también había sido un buen padre.





“Xun’er no sufras es lo que había que hacer” - trato de consolarlo Huo Fei



“ Lo sé maestra, por favor anuncia a los consejeros, generales y líderes de secta que entren y dile a los guardias que se lleven a mi padre”



Huo Fei obedeció el mandato. Cuando el cuerpo de su difunto padre fue retirado y los consejeros, generales y líderes de secta estuvieron en la sala del mandato Xi Xun se sentó en el trono que antes había ocupado su padre y la Santa le puso sobre su cabello el tocado imperial.



“Hoy proclamamos a Xi Xun nuevo emperador de la Dinastía Xian, que los cielos bendigan su reinado y le otorguen la fuerzas para engrandecer nuestra dinastía.”



“Alabado sea el emperador” - dijeron todos al unísono resonando en la sala



“ Bien, ahora dejadme con el canciller Dong Yi y la Santa Huo Fei” - dicho esto, todos en la sala siguieron la orden de su nuevo emperador y abandonaron la sala con rapidez, quedándose únicamente el canciller y la santa.



“Canciller, ordenó bajo decreto imperial que la guardia imperial comandada por Huáng Kun eliminen a todas las familias leales a mi padre por delito de traición contra la dinastía” - Dijo Xi Xun con tono imperativo



“ A sus ordenes majestad” - rápidamente Dong Yi se fue a dar la orden



“!Eunuco Li¡” - llamo Xi Xun, rápidamente apareció un hombre mayor sin pelo alguno.



“Su majestad, ¿que desea?” - dijo con una voz muy aguda.



“Trae a la familia imperial”



“Si su majestad”
 
Tras la marcha de eunuco, Xi Xen pensó por un momento en todo lo que había ocurrido, años atrás jamás hubiera pensado que se veía obligado a matar a su propio padre pero en ese momento sabía que si no lo hacía todo por lo que habían luchado sus ancestros para lograr el gran esplendor de la Dinastía Xian desaparecería.



“Dime Maestra, tú que has vivido siglos y que has conocido a mis ancestros, ¿crees que mis ancestros apoyarían mis acciones?”



“Xen, claro que tus ancestros aprobarían lo que has hecho. Recuerdo las palabras de tu abuelo cuando llevaba más de veinte años de reinado diciendome que no hay nada más importante que la Dinastía Xian y la familia Xi, si una de las dos cae la otra caerá con ella por eso es importante que cualquier mal que nazca contra la dinastía o la familia debe de ser exterminado, no debemos nunca tolerar el desorden pues si lo permitimos caeremos”





“Sin duda el abuelo era sabio”



“Tu abuelo no era solo sabio niño también fue un hombre decidido sobre todo en lo que se trataba a la dinastía y la familia, y no tenía miedo alguno en alzar su espada y hacer una masacre de muertos solo por defender la Dinastía Xian y la familia Xi” - la santa se acercó al trono y con su mano acarició la cara de Xi Xen - “Sabes veo en ti la misma mirada que tenía tu abuelo”



Antes de que Xi Xen pudiera decir algo, entró el eunuco Li con sus hermanos. Xi Xen tenía dos hermanos, Xi Bao de 12 años y Xi Mu de 6 años, y dos hermanas, Xi Lan de 16 años y Xi Lían de 8 años. Los hermanos eran muy parecidos a Xi Xen y las hermanas eran bellas como las flores con largos cabellos de un suave tono pelirrojo algo muy raro en la zona.



“Hermano,¿ que ha pasado?”- preguntó preocupada Xi Lan



“Hermana nuestro padre a fallecido y al ser yo el primogénito los consejeros, generales y líderes de secta me han nombrado emperador de la Dinastía Xian”



Los hermanos pronto empezaron a llorar - “¿cómo murió nuestro padre?”



“Lo maté con este puñal” - mostró el puñal a los ojos de sus hermanos que les estaba costando entender la situación - “no se pongan tristes, ahora debéis ser fuertes por la dinastía. Yo también quería a padre”



“¿cómo puedes decir que lo querías cuando ha sido tu mano la que le ha dado la muerte?”



“¡¡Insolente!! esto lo he hecho por la dinastía y por la familia”



“ no te engañes hermano esto lo has hecho por ti” - dijo con ira Xi Lan



De pronto llenó de ira, Xi Xen le dio una bofetada a su hermana - “ no olvides que le estás hablando a tu emperador”



Xi Lan miró desafiante a su hermano durante un tiempo, momento que fue incómodo pues ambos hermanos se miraban con ira, pero finalmente Xi Lan bajo la mirada y agacho la cabeza



“Bien una vez aclarado esto, no solo les he convocado a la sala de mandatos para comunicarles la muerte de nuestro padre sino que también he decidido que cada uno de ustedes entrenará a partir de ahora en las sectas. Tu, Xi Lan iras con la Santa y estudiaras en la Secta Tiansháng Fenghuang, Xi Bao tu deberás ir a la Secta Hóu Wáng, Xiao Lian irás a la Secta Lían Hua y por ultimo tu Xi Mo como eres aun joven te quedarás aquí hasta que cumplas los 8 años luego iras a la Secta Tian Jiàn”



“ De acuerdo emperador” - dijeron al unísono por una partes enfadados pero a la vez liberados del yugo de la capital y las intrigas de palacio





“ Ahora marchaos a empaquetar las cosas”



Durante todo este tiempo a las afueras del palacio se estuvo llevando a cabo una matanza por las calles de la ciudad de Lían Hua a manos del comandante Huáng Kun y la guardia imperial. Durante horas el olor a sangre se extendió por toda la ciudad, hasta que al fin se acallaron los gritos, ya no quedaba ninguna familia que se opusiera al nuevo emperador. Tras cumplir con su misión el comandante Huáng Kun volvió al palacio imperial y se presentó frente al emperador para comunicarle el resultado de su misión.



“Mi emperador hemos acabado con todas las familias que se oponían a usted” - dijo al tiempo que se inclinaba frente a su emperador



“¿Todos?”



“ Todos los que estaban en la capital pero había familias que habían abandonado la ciudad antes de su subida al poder”



“¿Y la familia Lü?”



“ Mi señor la familia Lü, escapó esta mañana”



“ Eso complica mis planes, ¿hacia dónde se dirigen?”



“Mis espías dicen que se dirigen al norte del país para atravesar las cordilleras Wáng para ingresar en la Dinastía Jian, ¿debo ir y detenerlo, emperador?”



“No es necesario solo presiona su marcha, si le tengo miedo a un general, ¿que pensará el pueblo de mi?”



“De acuerdo emperador, entonces partiré de inmediato” - dijo Huáng Kun mientras se daba la vuelta para irse.



“Espera, toma este decreto quiero que acabes con las aldeas del norte que ni estén bajo las órdenes de los gobernadores provinciales, y captura algunos niños para que sirvan en palacio”



Tras oír esto Húang Kun cogió el decreto y decidió irse. Reunió a un pequeño ejército de guerreros de élite de la guardia imperial y cabalgó para situarse tras los pasos del general Lü Wei. Ya en el norte arrasó con toda las aldeas que encontraba lastrando tras de sí una lluvia de sangre y secuestrando a unos pocos niños en cada aldea y matando al resto nadie huyó. Así fue hasta la llegada a la Aldea Hé àn, donde se le escapó un niño de 8 años que más tarde se encontraría con el general sin patria Lü Wei cambiando por completo la historia del continente Tiandì.
 
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