Esta es una obra totalmente original, inspirada por las novelas ligeras chinas. Es la primera vez que escribo sobre este tipo de tema, estoy abierto a cualquier sugerencia y si quieren la continuación de esta parte dejen mensajes para saber que les gusta.
Dinastías Combatientes
Capitulo I - La aldea Hé àn
El sol entraba por la ventana de la pequeña choza, deslumbrando al joven Xiao Chen, quien molestado por el sol empezó a abrir los párpados lentamente. Ya con los ojos abiertos empezó a pensar en el día que le esperaba hoy, por la mañana debería ir a la escuela donde el anciano Xiao Mu nos enseñaría las nociones básicas y les contaría historias del pasado, luego a la tarde iría con su padre Xiao Ren a pescar en el río Jin-sè y por último en la noche celebraremos un banquete para toda la aldea Hé àn.
“Hijo, a desayunar” - Xiao Chen al escuchar a su madre salió de su cuarto al estrecho comedor de la choza y se sentó en una de las butacas.
Su madre puso tres cuencos de arroz en la mesa y se sentó al mismo tiempo que entraba por la puerta el padre de Xiao Chen.
“Hijo, hoy tiene que comer bien, cuando salgas de la escuela recuerda que tienes que pasar por la casa del señor Meng para pedirle el cebo para pescar esta tarde” - Xiao Chen asintió mientras devoraba el cuento de arroz.
Al terminar de desayunar, Xiao Chen se despidió de sus padres y fue hacia la pequeña escuela de la aldea. Al llegar Xiao Chen, se encontró con el resto de los niños de la escuela y mientras esperaban a la llegada del anciano Mu , habló con sus amigos Lin Kun y Meng Lian. Lin Kun era un joven algo robusto, pese a solo tener ocho años, de pelo corto moreno y con una nariz algo pequeña ; por otro lado estaba Meng Lian una niña de piel tersa y rosto amable, largo pelo de color oscuro lo que resaltaba aun más su piel blanca y pese a que a veces era algo traviesa y juguetona siempre era buena amiga.
“ Hola Chen, que crees que nos contará hoy el anciano Mu”- pregunto Meng Lian
“ pues no sé, supongo que nos contara sobre algún héroe o algún reino de la antigüedad” - dijo Xiao Chen demostrando las pocas ganas que tenía de escuchar al anciano hablar de nuevo de buenos Señores dirigiendo su reino.
“Xiao Chen a ti solo te interesa las guerras” - dijo con tono burlón Lin Kun - “ y a ti solo te interesa cuando hablan de abundancia, gordo” - le respondió Xiao Chen mientras le tocaba la panza a Lin Kun.
Antes de que Lin Kun protestase entró el anciano Mu y empezó a dar la clase. Al principio Xiao Chen no prestaba mucha atención a las enseñanzas de noción básica que daba el anciano Mu. Xiao Chen ya conocía la mayoría de las cosas que el anciano Mu decía , en gran parte su padre se las había enseñado mientras pescaban o cuando vendían el pescado en el pequeño mercado de la aldea. Al terminar de dar las nociones básicas el anciano se disponía a contar una historia del pasado como hacia siempre.
“ Hoy no les hablaré de un buen gobernante del pasado amado por su pueblo, ni de un héroe que aparecía para salvar a la hija del emperador, ni nada por el estilo. Hoy les hablare del fundador de nuestra pequeña aldea”
Mientras el anciano pronunciaba estas palabras logró captar la atención de los niños en especial de Xiao Chen, que sorprendido empezó a pensar cómo era posible que en los ocho años de vida nunca había oído hablar del fundador de la aldea de Hè án. Pero sus pensamientos quedaron en un segundo plano al comenzar el anciano con su relato.
“En el año 200 de la Era Long, siete reinos batallaban entre sí por el dominio del continente Tiandì. Uno de esos reinos era el Reino de Taiyang, que se encontraba al sur del continente donde hoy se encuentra la Dinastía Xian, este reino era gobernado por la familia Xiao. El Reino de Taiyang estaba en una cruenta guerra con el Reino de Donghai gobernado por la familia Xi. En el momento álgido de la contienda los reyes firmaron una tregua para negociar la paz entre ambos reinos. El príncipe heredero del Reino de Taiyang, Xiao Hao, desconfiaba de la tregua que su padre había firmado, sabía que la familia Xi ansiaba apoderarse del reino de su padre, de su tierra fértil , de sus minas de cobre y hierro, las riquezas que habían acumulado el reino a través de los siglos y el rico flujo de comercio. Por tanto trato de convencer a su padre de que estuviera alerta, que la tregua no era más que una treta con la que asestar un golpe definitivo al Reino de Taiyang.”
Mientras Xiao Chen escuchaba con atención las palabras del anciano Mu no paraba de preguntarse cómo es que no había escuchado sobre esos misteriosos reinos de antaño ni de esas familias, acaso solo el anciano sabía de aquello.
“Pese a que el príncipe Xiao Hao intentó advertir a su padre este no le hizo caso alguno y se limitó a poner de escusa que el pueblo y el reino ya no podían soportar esta guerra, y aunque Xiao Hao entendía lo que su padre le decía no podía dejar de pensar que algo estaba mal pero al final trato de ahogar esos malos pensamiento y confío en su padre. En el décimo mes de ese año, en una noche otoñal en plena tregua entre Taiyang y Donghai, sucedió lo que Xiao Hao se había temido. Unos asaltantes que se habían echo pasar por comerciantes durante el día, subieron los muros de la ciudad y mataron a la mayor parte de los guardias que custodiaban las puertas de la capital del reino, prendieron una llama y de pronto aparecieron miles de soldados de las fuerzas de Donghai a las puertas de la ciudad dispuestos a entrar. Para cuando las fuerzas de Taiyang respondieron al ataque de los soldados de Donghai ya habían arrasado media ciudad. El rey de Taiyang entró en cólera al ver a su pueblo masacrado y su reino destruido y decidido fue a enfrentar al bastardo del rey de Donghai pero antes de ir al frente de batalla pidió perdón a Xiao Hao por no escucharlo y le pidió que no se quedará a defender lo que ya ha caído , debía tratar de salvar a todos los ciudadanos que pudiera y alejarlos de esta masacre. Xiao Hao una vez más entendió a su padre y aunque en esta vez estaba lleno de ira y no podía tener más ganas de luchar junto a su padre no podía no cumplir la última voluntad de su padre. Xiao Hao solo puedo salvar a los jóvenes de las grandes familias y algunos de las familias menores de la ciudad, además de a la mayor parte de la familia real, escaparon por un pasadizo secreto que tenía el palacio real que conducía a la periferia de la ciudad. Mientras Xiao Hao huía con los resquicios de Taiyang, su padre se enfrentaba con su jian en mano a los séquitos del rey , hasta que ya cansado y lleno de heridas no pudo más que caer de rodillas sobre su amada tierra y esperar el cruel destino. Ese cruel destino no vendría de otra mano que la de su rival, que mirando desde arriba alzó su jian y le cortó la cabeza al antiguo rey. Gracias al tiempo que había retenido el rey a los ejércitos de Donghai, Xiao Hao había podido escapar hasta las montañas y emprendió la búsqueda de un nuevo hogar para su pueblo, al irse de aquellas montañas dio un último vistazo a la ciudad y su reino ambos en llamas. Tras algunos meses en los confines de su antiguo reino, que tras la invasión de Donghai pasó a llamarse Dinastía Xian, Xiao Hao encontró un valle junto a un río que bajaba de las montañas con un tenue color dorado, allí asentó a su pueblo creando la aldea Hé àn en el año 201 de la Era Long.
Xiao Chen al igual que el resto de los niños soltaron lágrimas silenciosas , orgullosos de sus antepasados y a la vez lágrimas de rabia hacia la Dinastía Xian a la cual ellos pertenecían. Pero Xiao Chen seguía inquieto había muchas cosas que no entendía y aunque sabía que algunas era mejor no preguntarlas si que había una pregunta que quería preguntar.
“Anciano Mu ¿que paso con el antepasado Xiao Hao?”
“Joven Chen , la verdad es que nadie sabe muy bien qué ocurrió con el fundador. Después de crearse la aldea, Xiao Hao cedió el liderazgo a su hermano menor y se despidió de su mujer y su hijo, para perderse en la espesura del bosque. Algunos dicen que Xiao Hao se suicidó de impotencia, otros que empezó a vagabundear por las calles de su antiguo reino, pero lo más probable es que Xiao Hao fuera a vengar a su padre y a su reino caído, enfrentándose contra el recién coronado emperador, al poco tiempo de haberse ido el emperador murió a causa de una heridas de caza según los registros oficiales, pero joven Chen yo creo que esas heridas no se las provocaron animales sino nuestro gran ancestro.”
De pronto Meng Lian que llevaba tiempo sin decir palabra cogió aire y muy fuerte le pregunto al anciano
“¿Por qué nuestra aldea no fue atacada si éramos los enemigos de Donghai?”
Antes de contestar el Anciano Mu echo una potente como desgastada carcajada ante esa forma de preguntar de la niña - “ Veras joven Lian al cabo de unos meses una patrulla de la Dinastía Xian descubrió nuestra aldea y lo notificó al nuevo emperador, el nuevo emperador al contrario que su padre era benevolente y no buscaba más guerra por lo que fue junto con una patrulla a la aldea Hé àn, y una vez aquí negocio con el hermano menor de Hao y llegaron al acuerdo que si los aldeanos de Hé àn daban todas sus armas y prometían fidelidad a la Dinastía su pasado no existiría y frente a sus ojos esa gente no eran antiguos ciudadanos de la ciudad de Taiyang. Los aldeanos aceptaron la gracia del emperador y entregaron sus armas y prometieron que ni ellos ni sus descendientes tendrían hostilidad contra la Dinastía.”
De repente todos los niños entendieron por que en su aldea no había armas de ningún tipo, y todos pensaron que tampoco parecían necesarias siempre habían estado en paz. Sin embargo para Xiao Chen esto no era así, por el contrario para el carecer de armas los hace débiles frente a futuros agresores, si bien ahora vivían tiempos de paz quienes podrían asegurar que no vendrían nubes de guerra en algún momento, pero Chen prefirió mantener esa idea en su cabeza y no comentársela a nadie.
Cuando cesaron las preguntas al anciano Mu , este dio por acabada la clase de ese día y permitió que los niños volviesen a sus casas. Xiao Chen algo despistado pensando aún en la historia del fundador se quedó solo en la clase, cuando se dio cuenta de ello rápidamente se levantó y se dispuso a irse. En la salida , en el marco de una de las esquinas de la escuela , se encontraba Meng Lian.
“Chen, mi padre me dijo que te pasarías a buscar el cebo de pesca a la salida de la escuela ¿te apetece venir conmigo? - dijo con algo de pena y vergüenza en la voz.
“claro Lian” - contestó mostrando alegría pero algo vergonzoso al igual que ella.
“genial, pues vamos chen”